En este contexto y a pesar de la importancia que se concede en la actualidad a las fuerzas sociales como determinantes del estado de salud, una gran parte de los currículos de formación en medicina no reúnen las condiciones requeridas para la adquisición de un grado elevado de competencia para abordar dichas temáticas en la práctica profesional.
Un artículo publicado en la revista Academic Medicine por Gregg, Solotaroff, Amann, Michael y Bowen, describe una experiencia exitosa de integración entre medicina clínica y comunitaria, llevada a cabo con base en una alianza estratégica entre la Universidad de Salud y Ciencias de Oregon y Central City Concern (CCC), una organización dedicada a la atención de problemas de indigencia, pobreza y adicción en la ciudad de Portland.
Con base en un trabajo comunitario de reconocimiento e intervención de los determinantes sociales de la salud en poblaciones vulnerables, el cual se materializó en una rotación comunitaria de cuatro semanas, los residentes de medicina interna tuvieron la oportunidad de palpar el impacto de los mismos en el estado de salud e implementar acciones tendientes a intervenir los factores modificables en los grupos mencionados, estableciéndose de una oportunidad de apropiar algunas competencias de orden social y humanístico que no tienen un espacio representativo en los currículos tradicionales.