Definir el concepto de competencia no es una tarea fácil si se tiene en cuenta que el significado del término tiene muy diversas connotaciones y una condición diferencial cuando se intenta una aproximación al mismo desde lo psicológico, lo educativo, lo laboral o lo social.
Por otra parte, es importante recordar que cada una de las definiciones propuestas se encuentra fundamentada en un enfoque conceptual diferente y delimitada por parámetros de referencia específicos, hecho que da lugar a la obtención de diversos resultados al final del proceso.
Desde el punto de vista etimológico, el origen del término competencia se desprende del verbo latino “competere” (ir al encuentro, encontrarse) y da lugar a los adjetivos “competens - entis”, en la línea de competente, conveniente, apropiado para y a los sustantivos “competió - onis” competición en juicio y “competitor - oris” competidor, concurrente, rival.
A partir de lo anterior, en el siglo XV se encuentran dos verbos en castellano “competir” y “competer” que provienen del mismo verbo latino “competere” y están relacionados semánticamente con el ámbito de la competencia pero difieren completamente en su significado.
De acuerdo con el diccionario Corominas, “competer” está relacionado con pertenecer o incumbir, dando lugar al sustantivo competencia y al adjetivo competente (apto, adecuado), mientras que “competir” lo está con pugnar o rivalizar, dando lugar a los sustantivos competencia y competitividad, así como al adjetivo competitivo.
Desde el ámbito laboral, Tejada Fernández (1999), sobre una reflexión de Prieto (1997), hace mención a la competencia como “autoridad”, aludiendo a los asuntos que se dan bajo la tutela directa de un profesional concreto o una figura profesional y agrega que “en este caso, estaríamos además ante la acepción de competencia como atribución o incumbencia, estando ligada a la figura profesional (tareas y funciones) que “engloba el conjunto de realizaciones, resultados, líneas de actuación y consecuciones que se demandan del titular de una profesión u ocupación determinada”
En esa misma línea, la competencia podría ser entendida como “capacitación”, concepto referido al grado de preparación, al saber hacer, a los conocimientos y las destrezas adquiridas por una persona como resultado del aprendizaje y/o la experiencia. También podría considerarse en este punto, la competencia como “cualificación”, estando referida a la formación necesaria para tener un desempeño profesional exitoso.
En otro enfoque, la competencia es considerada como “suficiencia”, haciendo referencia a los requisitos mínimos para el buen desempeño en un área determinada en forma adecuada y competitiva. Así, los resultados de las acciones individuales, se convierten en indicadores utilizados para valorar el desempeño en un contexto determinado.
En palabras de Tejada Fernández (1999), una primera síntesis del análisis del concepto de competencia, podría girar en torno a “las funciones, tareas y roles de un profesional – incumbencia – para desarrollar adecuada e idóneamente su puesto de trabajo – suficiencia - que son resultado y objeto de un proceso de capacitación y cualificación”.
Revisemos ahora algunas definiciones del concepto, recogidas por Fernández Tejada, a lo largo de las últimas décadas:
1. “Conjunto estabilizados de saberes y saber-hacer, de conductas tipo, de procedimientos estándares, de tipos de razonamiento, que se pueden poner en práctica sin nuevo aprendizaje” (Montmollin, 1984:122).
2. “Posesión y el desarrollo de destrezas, conocimientos, actitudes adecuadas y experiencia suficientes para actuar con éxito en los papeles de la vida” (FEU, 1984).
3. “La capacidad individual para emprender actividades que requieran una planificación, ejecución y control autónomos” (Federación alemana de empresarios
de Ingeniería, 1985).
4. “La competencia profesional es la capacidad de realizar las actividades correspondientes a una profesión conforme a los niveles esperados en el empleo. El concepto incluye también la capacidad de transferir las destrezas a nuevas situaciones dentro del área profesional y, más allá, a profesiones afines. Esta flexibilidad suele implicar un nivel de destrezas y conocimientos mayor de lo habitual incluso entre los trabajadores con experiencia” (MSC, 1985).
5.”Conjunto específico de destrezas necesarias para desarrollar un trabajo particular y puede también incluir las cualidades necesarias para actuar en un rol profesional” (Jessup, 1991: 6-39).
6. “Conjunto de conocimientos, destrezas y aptitudes necesarias para ejercer una
profesión, resolver problemas profesionales de forma autónoma y flexible y ser capaz de colaborar en el entorno profesional y en la organización del trabajo” (Bunk,1994).
7. “La competencia resulta de un saber actuar. Pero para que ella se construya es
necesario poder y querer actuar” (Le Boterf (1994).
8. “Capacidad de un individuo para realizar una tarea profesional según ciertos estándares de rendimientos, definidos y evaluados en unas condiciones específicas, a partir de un método de descomposición de funciones y tareas en niveles y unidades de comportamiento observables, adecuados de criterios precisos de rendimiento” (Belisle y Linard, 1996).
9. “Son repertorios de conocimiento que algunos dominan mejor que otros, lo que les hace eficaces en una situación determinada” (Levy-Leboyer, 1997:54).
10. “Saber combinatorio... cada competencia es el producto de una combinación de recursos. Para construir sus competencias, el profesional utiliza un doble equipamiento: el equipamiento incorporado a su persona (saberes, saberes hacer, cualidades, experiencia) y el equipamiento de su experiencias (medios, red relacional, red de información). Las competencias producidas con sus recursos se encarnan actividades y conductas profesionales adaptadas a contextos singulares” (Le Boterf, 1997:48).
Con el ánimo de concretar algunos elementos que permitan acotar el concepto de competencia, vale la pena resaltar algunos elementos comunes a los diversos enfoques y definiciones planteados anteriormente:
1. La competencia implica un conjunto de conocimientos, procedimientos y actitudes, combinados e integrados, que permiten comportarse en forma adecuada y exitosa frente a situaciones profesionales específicas.
2. La definición de competencia no solamente se fundamenta en la disponibilidad de los recursos sino en la movilización de los mismos para alcanzar un objetivo determinado.
3. La adquisición de las competencias tiene un carácter dinámico, siendo posibilitadas y desarrolladas en forma continua a partir del aprendizaje y la experiencia.
4. La competencia no puede evidenciarse al margen del contexto específico en el que se pone en juego. Esto no quiere decir que cada contexto requiere una competencia particular sino que cada situación demanda una respuesta contextualizada.
Por otra parte, es importante recordar que cada una de las definiciones propuestas se encuentra fundamentada en un enfoque conceptual diferente y delimitada por parámetros de referencia específicos, hecho que da lugar a la obtención de diversos resultados al final del proceso.
Desde el punto de vista etimológico, el origen del término competencia se desprende del verbo latino “competere” (ir al encuentro, encontrarse) y da lugar a los adjetivos “competens - entis”, en la línea de competente, conveniente, apropiado para y a los sustantivos “competió - onis” competición en juicio y “competitor - oris” competidor, concurrente, rival.
A partir de lo anterior, en el siglo XV se encuentran dos verbos en castellano “competir” y “competer” que provienen del mismo verbo latino “competere” y están relacionados semánticamente con el ámbito de la competencia pero difieren completamente en su significado.
De acuerdo con el diccionario Corominas, “competer” está relacionado con pertenecer o incumbir, dando lugar al sustantivo competencia y al adjetivo competente (apto, adecuado), mientras que “competir” lo está con pugnar o rivalizar, dando lugar a los sustantivos competencia y competitividad, así como al adjetivo competitivo.
Desde el ámbito laboral, Tejada Fernández (1999), sobre una reflexión de Prieto (1997), hace mención a la competencia como “autoridad”, aludiendo a los asuntos que se dan bajo la tutela directa de un profesional concreto o una figura profesional y agrega que “en este caso, estaríamos además ante la acepción de competencia como atribución o incumbencia, estando ligada a la figura profesional (tareas y funciones) que “engloba el conjunto de realizaciones, resultados, líneas de actuación y consecuciones que se demandan del titular de una profesión u ocupación determinada”
En esa misma línea, la competencia podría ser entendida como “capacitación”, concepto referido al grado de preparación, al saber hacer, a los conocimientos y las destrezas adquiridas por una persona como resultado del aprendizaje y/o la experiencia. También podría considerarse en este punto, la competencia como “cualificación”, estando referida a la formación necesaria para tener un desempeño profesional exitoso.
En otro enfoque, la competencia es considerada como “suficiencia”, haciendo referencia a los requisitos mínimos para el buen desempeño en un área determinada en forma adecuada y competitiva. Así, los resultados de las acciones individuales, se convierten en indicadores utilizados para valorar el desempeño en un contexto determinado.
En palabras de Tejada Fernández (1999), una primera síntesis del análisis del concepto de competencia, podría girar en torno a “las funciones, tareas y roles de un profesional – incumbencia – para desarrollar adecuada e idóneamente su puesto de trabajo – suficiencia - que son resultado y objeto de un proceso de capacitación y cualificación”.
Revisemos ahora algunas definiciones del concepto, recogidas por Fernández Tejada, a lo largo de las últimas décadas:
1. “Conjunto estabilizados de saberes y saber-hacer, de conductas tipo, de procedimientos estándares, de tipos de razonamiento, que se pueden poner en práctica sin nuevo aprendizaje” (Montmollin, 1984:122).
2. “Posesión y el desarrollo de destrezas, conocimientos, actitudes adecuadas y experiencia suficientes para actuar con éxito en los papeles de la vida” (FEU, 1984).
3. “La capacidad individual para emprender actividades que requieran una planificación, ejecución y control autónomos” (Federación alemana de empresarios
de Ingeniería, 1985).
4. “La competencia profesional es la capacidad de realizar las actividades correspondientes a una profesión conforme a los niveles esperados en el empleo. El concepto incluye también la capacidad de transferir las destrezas a nuevas situaciones dentro del área profesional y, más allá, a profesiones afines. Esta flexibilidad suele implicar un nivel de destrezas y conocimientos mayor de lo habitual incluso entre los trabajadores con experiencia” (MSC, 1985).
5.”Conjunto específico de destrezas necesarias para desarrollar un trabajo particular y puede también incluir las cualidades necesarias para actuar en un rol profesional” (Jessup, 1991: 6-39).
6. “Conjunto de conocimientos, destrezas y aptitudes necesarias para ejercer una
profesión, resolver problemas profesionales de forma autónoma y flexible y ser capaz de colaborar en el entorno profesional y en la organización del trabajo” (Bunk,1994).
7. “La competencia resulta de un saber actuar. Pero para que ella se construya es
necesario poder y querer actuar” (Le Boterf (1994).
8. “Capacidad de un individuo para realizar una tarea profesional según ciertos estándares de rendimientos, definidos y evaluados en unas condiciones específicas, a partir de un método de descomposición de funciones y tareas en niveles y unidades de comportamiento observables, adecuados de criterios precisos de rendimiento” (Belisle y Linard, 1996).
9. “Son repertorios de conocimiento que algunos dominan mejor que otros, lo que les hace eficaces en una situación determinada” (Levy-Leboyer, 1997:54).
10. “Saber combinatorio... cada competencia es el producto de una combinación de recursos. Para construir sus competencias, el profesional utiliza un doble equipamiento: el equipamiento incorporado a su persona (saberes, saberes hacer, cualidades, experiencia) y el equipamiento de su experiencias (medios, red relacional, red de información). Las competencias producidas con sus recursos se encarnan actividades y conductas profesionales adaptadas a contextos singulares” (Le Boterf, 1997:48).
Con el ánimo de concretar algunos elementos que permitan acotar el concepto de competencia, vale la pena resaltar algunos elementos comunes a los diversos enfoques y definiciones planteados anteriormente:
1. La competencia implica un conjunto de conocimientos, procedimientos y actitudes, combinados e integrados, que permiten comportarse en forma adecuada y exitosa frente a situaciones profesionales específicas.
2. La definición de competencia no solamente se fundamenta en la disponibilidad de los recursos sino en la movilización de los mismos para alcanzar un objetivo determinado.
3. La adquisición de las competencias tiene un carácter dinámico, siendo posibilitadas y desarrolladas en forma continua a partir del aprendizaje y la experiencia.
4. La competencia no puede evidenciarse al margen del contexto específico en el que se pone en juego. Esto no quiere decir que cada contexto requiere una competencia particular sino que cada situación demanda una respuesta contextualizada.
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