La necesidad de resolver problemas cada vez más complejos en un mundo en constante evolución y cambio requiere la implementación de procesos educativos avanzados de aprendizaje y creación intelectual (cursos universitarios especializados, especializaciones profesionales, maestrías, doctorados) que garanticen la construcción de competencias especializadas en dominios específicos del conocimiento.
Se calcula que más de seis millones de personas participan en programas de postgrado de más de un año de duración alrededor del mundo en la actualidad, ubicándose el ochenta por ciento del total en los diez países con mayor índice de industrialización y sólo un veinte por ciento en los ciento en los restantes, hecho que demuestra con claridad la relevancia del acceso a niveles superiores del sistema educativo como herramienta de transformación de la realidad social de los pueblos.
Como un dato adicional para entender la importancia de los estudios de postgrado, vale la pena mencionar que más de un tercio de la investigación publicada a nivel mundial es generada por profesores y estudiantes de postgrado, convirtiendo a este nivel educativo en un instrumento estratégico para la producción de conocimiento, la cualificación profesional avanzada y desde esa misma perspectiva en pilar fundamental para la promoción del desarrollo de las sociedades modernas.
De acuerdo con los elementos esbozados hasta aquí, es claro que la expansión de este nivel educativo ha estado vinculada estrechamente con las exigencias científicas y técnicas de la industrialización y el desarrollo tecnológico, sufriendo un proceso de cambio en tres aspectos básicos: (1) diversificación disciplinaria, permeando las áreas tradicionales del conocimiento para extenderse a otras disciplinas y profesiones, (2) estratificación interna, al incluir diversos niveles de complejidad, esto es especializaciones, maestrías, doctorados y (3) diversificación pedagógica, al ser utilizadas diferentes estrategias educativas incluyendo estudios escolarizados, educación a distancia y programas individualizados de formación, entre otros.
Según los expertos, las tendencias mundiales respecto a la educación de postgrado están determinadas por el crecimiento acelerado de la demanda y la oferta como consecuencia de las exigencias planteadas por la complejidad del mundo moderno y la dependencia de la tecnología, la información y el trabajo intelectual y por el hecho que la actividad de postgrado está siendo objetivo de instituciones distintas a la academia lo que hace necesario la búsqueda de alianzas estratégicas universidad - empresa que satisfagan plenamente las necesidades de formación.
Se calcula que más de seis millones de personas participan en programas de postgrado de más de un año de duración alrededor del mundo en la actualidad, ubicándose el ochenta por ciento del total en los diez países con mayor índice de industrialización y sólo un veinte por ciento en los ciento en los restantes, hecho que demuestra con claridad la relevancia del acceso a niveles superiores del sistema educativo como herramienta de transformación de la realidad social de los pueblos.
Como un dato adicional para entender la importancia de los estudios de postgrado, vale la pena mencionar que más de un tercio de la investigación publicada a nivel mundial es generada por profesores y estudiantes de postgrado, convirtiendo a este nivel educativo en un instrumento estratégico para la producción de conocimiento, la cualificación profesional avanzada y desde esa misma perspectiva en pilar fundamental para la promoción del desarrollo de las sociedades modernas.
De acuerdo con los elementos esbozados hasta aquí, es claro que la expansión de este nivel educativo ha estado vinculada estrechamente con las exigencias científicas y técnicas de la industrialización y el desarrollo tecnológico, sufriendo un proceso de cambio en tres aspectos básicos: (1) diversificación disciplinaria, permeando las áreas tradicionales del conocimiento para extenderse a otras disciplinas y profesiones, (2) estratificación interna, al incluir diversos niveles de complejidad, esto es especializaciones, maestrías, doctorados y (3) diversificación pedagógica, al ser utilizadas diferentes estrategias educativas incluyendo estudios escolarizados, educación a distancia y programas individualizados de formación, entre otros.
Según los expertos, las tendencias mundiales respecto a la educación de postgrado están determinadas por el crecimiento acelerado de la demanda y la oferta como consecuencia de las exigencias planteadas por la complejidad del mundo moderno y la dependencia de la tecnología, la información y el trabajo intelectual y por el hecho que la actividad de postgrado está siendo objetivo de instituciones distintas a la academia lo que hace necesario la búsqueda de alianzas estratégicas universidad - empresa que satisfagan plenamente las necesidades de formación.
En relación con el objetivo y los contenidos de los programas de postgrado se puede afirmar que, en términos generales, hacen gran énfasis en la formación especializada de punta y por lo tanto fragmentaria e instrumental en desmedro del saber integral, contextual y transdisciplinario, enfocando la educación de postgrado hacia una concepción utilitarista del conocimiento y descuidando los aspectos humanísticos y sociales de la educación.
No obstante lo anterior, la tendencia de la educación postgradual parece estar inclinándose hacia programas que garanticen la posibilidad de acceder a los sectores productivos en mejores condiciones laborales y económicas en un plazo relativamente corto y sin que exista un impacto significativo en la vida laboral ni en las finanzas de los futuros especialistas.
Las tendencias de la oferta y la demanda
Para definir este punto, se ha planteado la utilización del método de los ciclos de vida de los mercados, planteado por Moore (2004), sobre la base del comportamiento de los productos en el desarrollo de los mercados (oferta y demanda educativa).
Según el autor, un mercado (oferta y demanda educativa) tiende a iniciarse con una innovación disruptiva que atrae un público de entusiastas, el problema es que su número acostumbra a ser pequeño. El ritmo de crecimiento de estos entusiastas iniciales determina si el producto es una verdadera innovación que da lugar a un mercado significativo que responde al producto.
Moore denomina “abismo” al momento crítico de toda propuesta disruptiva en la que hay un grupo de entusiastas que exigen que la propuesta continúe en el mercado pero no hay forma de conseguir que ese grupo aumente lo suficiente para que a la empresa que la propone “le salgan los números”, este momento es denominado por el autor como el de “ni fu- ni fa”. (Figura)
Moore denomina “abismo” al momento crítico de toda propuesta disruptiva en la que hay un grupo de entusiastas que exigen que la propuesta continúe en el mercado pero no hay forma de conseguir que ese grupo aumente lo suficiente para que a la empresa que la propone “le salgan los números”, este momento es denominado por el autor como el de “ni fu- ni fa”. (Figura)
Una de las formas de resolver el dilema del abismo es focalizar la propuesta en un “nicho” concreto para intentar que la propuesta sea aceptada e impacte a otros nichos próximos (fase de cadena de bolos).
Una vez alcanzada la cadena de bolos se llega al fenómeno del tornado, en el que la nueva propuesta se concibe como algo imprescindible por el mercado en general, y llega a ser un estándar “obligado”, en ese momento, el mercado explota y se genera una gran competencia. Según cómo se produzca la evolución dentro del tornado, y en especial según cual sea su “aceleración”, la propuesta llega al ciudadano común, a cada calle de cada ciudad, en espera que las propiedades y prestaciones del producto vayan mejorando.
Después, el mercado se vuelve maduro y decae hasta que llega un momento en el que hay una brecha entre lo que la empresa vende y lo que el mercado quiere (línea de falla) hasta que finalmente el ciclo de vida del mercado termina.
¿Hacia donde va la oferta y la demanda de los programas de postgrado en la dinámica de la relación universidad - sector productivo?
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