sábado, 23 de abril de 2011

Día del Idioma - Día del Libro 2011



En Conferencia General del día 15 de noviembre de 1995, la UNESCO declaró el 23 de abril, día de San Jorge, Día Mundial del Libro y de los Derechos de Autor y en esta fecha se honra además la memoria de un ilustre escritor cuyo manejo creador del idioma castellano, al cual imprimía una gracia insuperable, ha sido motivo de admiración y elogio durante 4 siglos.

"Miguel de Cervantes Saavedra figura máxima de las letras españolas, nació en Alcalá de Henares en 1547 y muere en Madrid en 1616. Su vida azarosa hizo de él un paje de eclesiástico, soldado en la batalla de Lepanto (1571), donde fue herido en la mano izquierda, prisionero de los turcos en Argel, alcabalero en Andalucía, agente proveedor de la Armada Invencible, modesto protegido del conde de Lemos, que no ejerció un mecenazgo demasiado generoso con él, memorialista en perpetua espera del favor real, escritor mal comprendido de sus contemporáneos y marido desengañado e infeliz en su hogar.

En su penosa existencia, Cervantes fue encarcelado varias veces: por deudas y por una oscura cuestión de homicidio. Su última página, la dedicatoria al conde de Lemos de su novela (publicada póstumamente por su viuda) Trabajos de Persiles y Sigismunda, aparece firmada en Madrid, el 19 el abril de 1616.

Cuatro días después, el 23 de abril, Cervantes moría en la capital española, miserable y abrumado por el destino. Pese a sus veleidades poéticas, Cervantes fue ante todo y sobre todo un novelista, un altísimo y genial novelista, que cultivó todos los géneros narrativas que predominaban en su época: la novela pastoril con La Galatea; la novela corta a la moda Italiana con las doce Novelas Ejemplares, donde las hay de todos los géneros: picarescas (El coloquio de los perros, Rinconete y Cortadillo y El casamiento engañoso), de costumbres ( El celoso extremeño, la gitanilla. La ilustre fregona, La fuerza de la sangre y El amante liberal), filosóficas (La española inglesa y El licenciado Vidriera) y al estilo italiano (La señora Cornelia y Las dos doncellas); y a las que habría que añadir La tía fingida, que se atribuye a Cervantes sin que hasta hoy se esté cierto de su autenticidad; y la novela de tipo bizantino, con raptos, viajes naufragios, anagnórisis y mil aventuras: Los trabajos de Persiles y Segismunda. Pero donde culmina sin duda el genio cervantino es en su inmortal creación Aventuras del ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, cuya primera parte vio la luz en Madrid, en 1605, completada, diez años después, por una segunda parte, publicada también en Madrid.

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