Thomas Percival, cirujano Inglés (1740-1804), fue el fundador del colegio profesional de médicos, cirujanos y farmacéuticos a quien se atribuye el mérito de haber escrito un código de ética (1791) donde definía el rol del profesional, la relación terapéutica, la relación entre los colegas y la relación de estos con el Estado, lo cual era sin lugar a dudas un código relativo a la conducta profesional.
El planteamiento central del código de Percival era que para ser buen médico había que ser buena persona, siendo un código de corte paternalista donde el médico era visto como figura de autoridad lo cual era la causa de que el paciente sintiera confianza, gratitud y respeto. Percival coloca en la confianza que el médico recibe de la sociedad un compromiso de éste en retribuir con obligaciones y buenas relaciones entre los médicos y con las demás profesiones afines. A continuación se transcribe la dedicatoria que hace Thomas Percival a su hijo del libro publicado con el título "Medical Ethics or a Code of Institutes and Precepts”, en el año 1803.
A: E.C. Percival
Permíteme, mi hijo querido, ofrecerte este pequeño Manual de Ética Médica. Durante su composición, mis pensamientos se dirigían hacia tu difunto y excelente hermano, con el más tierno impulso de amor paternal: Mas ni una sola de las reglas morales fue forjada sin una secreta mirada puesta en su graduación; y un ansioso deseo de que pudiese influenciar su conducta futura.
A ti, que posees, no en menor grado, mi estima y devoción, que prosigues los mismos estudios y con los mismos objetivos, se transfieren naturalmente mis afanes. Y estoy persuadido de que estas consideraciones, unidas, operarán poderosa y permanentemente sobre tu ingeniosa mente.
Es característica de un hombre sabio de actuar de acuerdo a determinados principios; y de un hombre bueno el asegurarse que éstos sean correspondientes a la rectitud y a la virtud. Las relaciones en las que se encuentra un médico frente a sus pacientes, a sus hermanos y al público son complicadas y diversas, comprendiendo gran conocimiento de la naturaleza humana y muchas obligaciones morales.
El estudio de la Etica profesional, por lo tanto, te ayudará a vigorizar y ampliar tu entendimiento; mientras que la observación de las obligaciones en ella implícitas, suavizarán tus modales, engrandecerá tus sentimientos y te formará con la propiedad y dignidad de conducta esenciales al carácter de un caballero.
Las ventajas académicas que gozaste en Cambridge y las que tienes ahora en Edinburgh, te calificarán, confío, para una esfera de acción amplia y honorable. Y oro con devoción para que la bendición de Dios te asista en todas tus prácticas, poniéndolas al mismo tiempo al servicio de tu propia felicidad y al bien de tus semejantes.
Consciente de que comienzo a experimentar la presión del paso de los años, veo la presente publicación como la conclusión de mis labores profesionales. Puedo entonces con decoro reclamar el derecho de consagrártelas corno legado paternal. Y siento cordial satisfacción al así testimoniar la estima y ternura con que, mientras subsista la vida, continuaré siendo, tu afectuoso amigo,
Thomas Percival
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